miércoles, 10 de diciembre de 2014

Analogía: Venezuela y la Naranja Mecánica

Alex recibiendo el tratamiento Ludovico

Saludos lectores:

He estado ausente de este espacio por cuestiones de tiempo, pero principalmente por una onda depresiva producto de muchos eventos desafortunados: choqué, me robaron el reproductor del carro (con el precioso CD "Un Viaje" de Cafe Tacvba incluido) y finalmente me enfermé -se lo achaco a las reformas de las leyes porque fue justo dos días después de eso- supuestamente por el estrés, ocasionándome mareos muy molestos y fastidiosos en situaciones random.

Como estoy 80% segura de que las cosas que te pasan son consecuencia de las cosas que atraes con tus pensamientos, estoy trabajando en "cancelar" las malas energías que se generan de forma involuntaria viviendo en Venezuela.

Dentro de esta onda "chillin" he sacado tiempo para leer Las Ciudades Invisibles de Italo Calvino (es un librazo, probablemente comparta algo por aquí luego) y ver muuuchas pelis.

Días después del robo volví a ver La Naranja Mecánica y debo confesar que a pesar de que la primera vez que la vi me encantó, no presté la debida atención a la película, desviándome más bien en los aspectos artísticos que muy bien logró Kubrick.

Les prometo que no seré spoiler-

A ver, de manera sencilla para los que no la han visto: la Naranja Mecánica es una película basada en un libro de Anthony Burgess (el cuál me pareció complicadísimo de leer :( cuando tenga más tiempo lo intentaré otra vez) su protagonista Alex -un antihéroe- es un joven rebelde, malhechor y... malandro; disfrutaba junto con sus amigos del sexo, la música de Beethoven y la ultraviolencia. Luego es sometido a un tratamiento del Gobierno llamado "Tratamiento Ludovico" donde, obligado a tener los ojos abiertos, lo torturan y le hacen ver imágenes de ultraviolencia reproducidas al mismo tiempo de sus sinfonías favoritas de Beethoven.

Cada vez que Alex escuchaba a Beethoven o presenciaba ultraviolencia sentía malestar físico que lo hacía sumirse y no sé si fue porque aún estaba nerviosa con lo del carro pero pude hasta cierto punto identificarme con él.

Si les soy sincera a pesar de que ya han entrado a mi casa dos veces, me resultó bastante impactante la escena del vidrio roto de mi carro con el tablero vuelto mierda (Probablemente me lo hizo algún Alex con su "drugo") hasta el punto que sólo el hecho de pensar que en mi rutina tenía que sacar el carro, estacionarme o simplemente hablar por teléfono por allí, me provocaba un estrés magnificado.

¿A qué quiero llegar?

Se ha vuelto cosa de supervivencia extrema esto de existir feliz aquí, en parte relacionada a la ultraviolencia que escuchamos, vemos y vivimos día a día... Pero aún nos queda el libre albedrío para decidir qué te puede afectar -o enfermar en mi caso- y qué no; citando a Italo Calvino "buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno".

Dentro de mis terapias positivas -a pesar de que mi carrera no me lo permite- intento dejar fuera la ultraviolencia, el precio del dólar. etc, etc. etc... y simplemente dejar de "darme mala vida".

Los que han visto La Naranja Mecánica sabrán que esta comparación es completamente personal y los que no, tienen pendiente ver una obra de arte de esas que sólo nos regala el cine.

Espero estar más atenta de este espacio; citando a Alex "...La iniciativa le llega a los que saben esperar..."

Gaby <3 

2 comentarios:

  1. He querido aplicar esa terapia desde hace ya tiempo, pero se me hace muy cuesta arriba. Siempre hay algo (malo) nuevo que vuelve a joder la poca paz mental que logro alcanzar y luego, vuelve esa desesperación, frustración, la paranoia, etc. Al final, se convierte en un círculo vicioso constante. Es bien complicado mantener esa tranquilidad en este país y sus constantes "sorpresas" a la cuales sobrevivimos a diario. Sólo puedo decirte que me parece muy bien que lo estés haciendo (o por lo menos intentando).

    Sobre el tema cinematográfico, (como dices) "La Naranja Mecánica" es una obra de arte. Es un deber para cualquier cinéfilo.

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    1. Gracias por leer y participar (: la verdad no soy nada experta en este tema de mantenerse feliz, por ahora no tengo "el secreto", pero te sorprendería la cantidad de veces que al día digo "cancelado" -refiriéndome a los malos pensamientos que me genera vivir aquí- y oye al menos no me he mareado más jaja... Saludos!

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