sábado, 27 de septiembre de 2014

Y.O.L.O



El año pasado como proyecto de “Servicio Comunitario” en mi Universidad mis compañeras y yo decidimos trabajar con un grupo de jubilados de la industria petrolera; aparte de ayudarlos con aspectos administrativos y contables (ya saben que en el reglamento está claro que tu aporte debe relacionarse con lo que estudias, y nosotras somos muy a "las de la ley") quisimos hacer varias actividades para compartir con estos abuelitos.

Siempre lo he dicho, no hay cosa más cuchi que un bebé o una pareja de “viejitos” por lo que muchas de las historias que compartían con nosotras me parecían cuchi-fascinantes.

Algo que a mi me quedó grabado y hasta ahora es lo más sabio que han escuchado mis propios oídos fue un comentario de uno de los abuelitos… 

Parafraseando: al llegar a ese punto de la vida dónde estás más cerca del final él sólo se arrepentía de una cosa:

 “Me arrepiento de las veces que perdí tiempo preocupándome”

Considero que soy una persona sensible y fácil de estresar, sumándole factores externos del día a día venezolano y otros aspectos como la presión social, ya saben, esos supuestos "logros mínimos" que debes tener por cosas de la edad, es muy común que me pierda en el camino sumando y restando las cosas que tengo, haciendo mayor énfasis en las que aún no.

No quisiera esperar tener 80 años para darme cuenta que el mejor momento de mi vida es precisamente este: cada día que vivo.

Bien sea que nuestro destino está escrito, o lo construimos conscientes o inconscientes con las acciones que realizamos, cada día que vivimos es una oportunidad para llegar a donde queramos y mientras vamos en el camino ¿para qué perder el tiempo preocupados? Es difícil dejar de hacerlo ya que nadie se levanta pensando que este puede ser tú último día en la tierra (coño, uno no es emo) pero lo cierto es que ¿para qué angustiarse por cosas que no podemos controlar?.

Es de sabios darnos cuenta cuando erramos, y más aún corregirlo… 

Por motivos personales he reflexionado sobre cual podría ser el momento más importante de mi vida y realmente ninguno de los momentos que pasaron por mi mente serían así de importantes si no hubiesen estado las personas que me acompañaron mientras los vivía;  sí “el mejor momento de mi vida” fue el viaje a Aruba con mis amigos, la cara de orgullo de mis padres cuando me volví profesional, cuando cocino con mi hermana los fines de semana, cuando voy sola en el carro cantando a toda voz, cuando mi novio me hace sentir que todo va a estar bien, los paseos con mis abuelos, las travesuras con mis primos, haber escuchado los gritos de Steven Tyler en vivo y un montón de cosas más.

Como todo ser humano, anhelo muchas cosas y seguro cuando lleguen también pasarán a la lista del "mejor momento de mi vida" pero poco a poco estoy consciente de que si no disfruto de esta ¿entonces de cual?.

Les comparto una canción que aparte de ser una de mis favoritas para cantar con mi hermana, el concepto sencillo del vídeo me encanta y mucho más el coro, que resume la temática del post -o eso creo-

Nalgadas.

Gaby.


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